1/11/09

Hogares sin frío.

La Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) pro­pone usar energía solar en casas altoan­d­i­nas. Con la téc­nica del con­fort tér­mico, inves­ti­gadores de la UNI han hal­lado la man­era de vencer al temido y mor­tal fri­aje que suele abatir a los pobladores de las zonas de la puna. En casas de adobe insta­lan pan­e­les solares e inver­naderos para que con­cen­tren el calor nat­ural en su inte­rior. Han logrado subir tem­per­at­uras de 1 y 2 gra­dos a 10 y 15.

Cada año dece­nas de peru­anos que viven en las zonas altoan­d­i­nas de nue­stro país fal­l­e­cen a causa del intenso frío que se reg­is­tra en dichos ter­ri­to­rios. ¿Cómo solu­cionar este prob­lema?, es la pre­gunta que muchos ciu­dadanos nos hace­mos al cono­cer aque­lla realidad.

Hoy esta inter­ro­gante ya puede ser respon­dida gra­cias a exper­tos del Cen­tro de Energías Ren­ov­ables (CER), de la Uni­ver­si­dad Nacional de Inge­niería (UNI), quienes han logrado el dominio de la nove­dosa téc­nica del “con­fort tér­mico” que, a través de recur­sos nat­u­rales, logra generar calor en aque­l­los hog­a­res donde el inclemente frío ataca a los habitantes.

Sis­temas de aislamiento

¿Cómo? Según señala Aure­lio Padilla, rec­tor de la UNI, la téc­nica –que se ha ade­cuado a la nat­u­raleza and­ina para tener una her­ramienta con­tra el frío– con­siste en con­struir o mod­i­ficar casas de las zonas altoan­d­i­nas instau­rando sis­temas de ais­lamiento tér­mico en el techo, piso y aledaños, para que estos, a su vez, trans­for­men y con­cen­tren la radiación solar en cale­fac­ción para las vivien­das ubi­cadas entre los 3,000 y 5,000 msnm.

“Para desar­rol­lar la téc­nica de con­fort tér­mico, primero, nue­stros ocho espe­cial­is­tas hacen un diag­nós­tico de las casas en el pro­grama de sim­u­lación Energy Plus, el cual les indica dónde tienen que con­struir los dis­pos­i­tivos de calen­tamiento, es decir, cuán­tos inver­naderos, claraboyas translú­ci­das y otras téc­ni­cas de ais­lamiento tér­mico se van a agre­gar a las vivien­das”, dice Padilla Ríos.

Junto a él, Rafael Espinoza, jefe del CER, pre­cisa que las casas de las comu­nidades altoan­d­i­nas por lo gen­eral están con­stru­idas con techos de calam­ina y suelo a base de tierra, y no ayu­dan a la reten­ción de calor, es así que estos lugares son los primeros que se trabajan.

“En los techos se hace una con­fig­u­ración tipo sánd­wich basada en plás­tico e ichu, y encima se coloca teja cerámica del lugar. En el suelo se colo­can una “cama” de piedras y lis­tones de madera para que soporten un entablado que ven­dría a ser el piso de madera”, indica Espinoza, tras pre­cisar que el espa­cio que se gen­era entre las tablas de madera y la “cama” de piedras es uno de los ais­lamien­tos nece­sar­ios para el calentamiento.

Con madera y plásticos

Asimismo, se con­struyen inver­naderos adosa­dos a la casa, los cuales tienen una estruc­tura de madera y están cubier­tos de plás­ti­cos (poli­etileno) antiul­tra­vi­o­leta, que per­mite con­cen­trar calor en el espa­cio que abarcan.

“Tam­bién se colo­can ter­mas solares, las cuales per­miten obtener agua caliente; y pan­e­les foto­voltaicos, elab­o­ra­dos con sili­cio, en el techo, que con­vierten la energía solar en eléc­trica. Con todo esto se aumen­tará la tem­per­atura de 1 y 2 gra­dos hasta 10 y 15”, acota.

Fuente: LaRepublica

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